Mujeres en violencia

Mujeres en violencia
La violencia contra la mujer adopta formas diversas, incluidos la violencia en el hogar; las violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.

martes, 12 de octubre de 2010

violencia contra la mujer

Para acabar con la
     violencia contra la mujer
Mundialmente, por lo menos una mujer de cada tres ha sido golpeada, forzada a tener relaciones sexuales, o maltratada de alguna manera en el curso de su vida. El agresor es con frecuencia un familiar. Cada vez más se reconoce que la violencia basada en el género es un importante problema de salud pública y una violación de los derechos humanos.
Los efectos de la violencia pueden ser devastadores para la salud reproductiva de la mujer y para otros aspectos de su bienestar físico y mental. Además de causar lesiones, la violencia lleva a que aumente el riesgo a largo plazo de la mujer a desarrollar otros problemas de salud, como dolores crónicos, discapacidad física, uso indebido de drogas y alcohol y depresión. Las mujeres con una historia de maltrato físico o abuso sexual también enfrentan un riesgo mayor de embarazos involuntarios, infecciones de transmisión sexual y resultados adversos del embarazo. Pero las víctimas de la violencia que acuden a los profesionales de salud en busca de asistencia suelen tener necesidades que éstos no reconocen, no investigan y no saben cómo abordar.

¿Qué se entiende por violencia basada en el género?

La violencia contra las mujeres y las niñas incluye el maltrato físico y el abuso sexual, psicológico y económico. Generalmente se la conoce como violencia "basada en el género" por desarrollarse en parte a raíz de la condición subordinada de la mujer en la sociedad. Muchas culturas tienen creencias, normas e instituciones sociales que legitiman y por ende perpetúan la violencia contra la mujer. Los mismos actos que se castigarían si estuvieran dirigidos a un empleador, un vecino o un conocido, suelen quedar impunes cuando el hombre lo dirige a la mujer, especialmente en el seno de la familia.
Dos de las formas más comunes de violencia contra la mujer son el abuso por parte de sus compañeros íntimos y la actividad sexual forzada, sea que tengan lugar en la niñez, en la adolescencia o en la vida adulta. El abuso por parte del compañero íntimo, también conocido como violencia doméstica, maltrato de la esposa o agresión, casi siempre está acompañado de abuso psicológico y, en una cuarta parte a la mitad de los casos, de relaciones sexuales forzadas. En su mayoría, las mujeres maltratadas por sus compañeros sufren agresiones en numerosas ocasiones. En realidad, las relaciones abusivas se desarrollan comúnmente en una atmósfera de terror.

Cómo pueden ayudar los dispensadores de atención de salud

Es mucho lo que pueden hacer los dispensadores de atención de salud para ayudar a las clientes que son víctimas de actos de violencia basada en el género. Pero los dispensadores de atención de salud suelen perder la oportunidad de ayudar porque a menudo no están enterados de los problemas, son indiferentes o tienen una actitud crítica hacia las clientes. Con capacitación y apoyo de los sistemas de atención de salud, el personal sanitario puede hacer más para responder a las necesidades físicas, emocionales y de seguridad de las mujeres y niñas que sufren abusos.
En primer lugar, los dispensadores de atención de salud pueden aprender a preguntar a las mujeres acerca de la violencia de manera solícita. Pueden ofrecerles su simpatía y apoyo. Pueden ofrecerles tratamiento médico, asesorarlas, documentar las lesiones y enviarlas a servicios de asistencia jurídica y social.
El personal de servicios de planificación familiar y de salud reproductiva tiene obligación especial de ayudar porque:
  • El abuso tiene un serio impacto, aunque poco reconocido, en la salud reproductiva y el bienestar sexual de la mujer;
  • Los dispensadores de atención de salud no pueden cumplir bien sus funciones a menos que comprendan de qué manera la violencia y la condición subordinada de la mujer afectan la salud reproductiva y la capacidad de ésta para tomar decisiones;
  • Los dispensadores de atención de salud reproductiva están en situación estratégica para ayudar a reconocer a las víctimas de la violencia y a conectarlas con otros servicios de asistencia a la comunidad.
Los dispensadores de atención de salud pueden asegurar a las mujeres que la violencia es inaceptable y que ninguna mujer merece que la golpeen, abusen sexualmente de ella o le inflijan sufrimientos emocionales. Como dijo una cliente (379), "La compasión va a abrir la puerta. Y cuando nos sentimos seguras y podemos tener confianza, las cosas son muy distintas."

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